Del
29 de octubre al 1 de noviembre se celebró en
La Fira de Barcelona de Montjuïc el
XXI Salón del Manga.
Invitada por
Jude hace unos días con
entrada gratuita por ir disfrazada, decidí volver a ir este año a este evento. No estaba muy convencida porque, con los años, me he vuelto cada vez más
hikikomori, odiando los lugares llenos de gente. Pero hice un esfuerzo, escogí mi mejor
yukata y me dirigí por la mañana hacia la estación.
Una vez en la entrada no pude evitar hacerme una foto con el cartel promocional del Salón del Manga. ¡Es uno de los más bonitos que se han hecho!
Misteriosamente no había cola a la hora de entrar y me dejaron entrar con ropa normal con la condición de cambiarme una vez dentro (
llevaba el yukata en una bolsa porque me daba un poco de vergüenza llevarlo puesto...). Lo curioso es que una vez dentro nos encontramos con
Miyu disfrazada de Utena (¡estaba guapísima!). Cuando nos despedimos de ella y su amiga, nos encontramos con
Belldandy, quien iba a ver una exposición de arquitectura. Pero ahí no termino todo...
Justo cuando entramos en el
Palacio 4 para ir a cambiarme de ropa, nos encontramos con
Deirdre en el stand de
Mision Tokyo, quien estaba apunto de hablar sobre la
Historia del shôjo manga. No dudamos ni un segundo en quedarnos a escuchar la conferencia que tenía que dar. Y, la verdad, fue muy interesante. Incluso, pienso que tendría que haber sido más larga.
Y justo cuando terminó de hablar, nos encontramos a
Miya sentada en unas sillas más atrás.
Jud y ella se quedaron hablando mientras yo me fui a cambiar de ropa.
Dimos una pequeña vuelta por el Salón y, cómo era casi la hora de comer, nos fuimos al
Palacio 1, dónde estaban todas las paradas de comida. Tuvimos que hacer una cola larguísima para conseguir comida, pero valió la pena. En mi caso, me pedí tanta comida que apenas pude acabármela.
¡Por supuesto, no podían faltar unas fotos con nuestros
takoyakis!
Después de comer, no dudé en acercarme a la exposición que hicieron sobre
Mangas Atómicos, los cuales tratan sobre las
Bombas Atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Me pareció una exposición muy interesante, pero bastante pobre teniendo en cuenta toda la información que hay sobre dicho acontecimiento. Podrían haber incluido también los Animes y hablar de la película de
Ghibli: La tumba de las luciérnagas muertas. Espacio no les faltaba porque el lugar donde se hizo era enorme (demasiado, me atrevería a decir), con lo cual podrían haber completado más dicha exposición.
Una vez visitamos el
Palacio 2 (¡no pudo faltar mi visita obligada a Marc Zanni y Joan Sanz!) nos pusimos en la cola para esperar la firma de
Io Sakisaka. La espera fue muy larga (tanto, que pude ir a cambiarme de ropa), pero, por cosas de la vida, acabé haciéndome una foto con la autora. Hice el favor a una amiga de mis amigos y le pedí el autógrafo en su nombre (María). Muy curioso e inesperado, la verdad.
Antes de despedirnos para visitar la última zona, decidimos hacernos una foto con
Belldandy y
Miya. Hacer la cola con ellas fue muy divertido. La verdad es que sabe mal no haber pasado más tiempo con ellas.
Una vez en la
segunda planta del Palacio 2, dimos una vuelta por el
Consulado General del Japón en Barcelona, donde esperaba ver un amigo que no estaba, y
Fundación Japón. No podía faltar una foto con un gran póster de
Dragon Ball intentando imitar (con muy poco éxito) la pose de Son Gokuh.
Y, finalmente, para despedirnos del Salón del Manga, nos hicimos una foto con unas brochetas de chocolate. ¡Era nuestro merecido premio después de estar dando vueltas por el Salón!
Mi (escasa) compra fue:
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La ciudad al atardecer / El país de los cerezos de Fumiyo Kouno. Gracias a la exposición sobre las Bombas Atómicas pude conocer esta obra.