Al contrario de lo que le pasa a mucho de mis compañeros de la Universidad de Salamanca, yo no tengo necesidad de ir en tren o metro a clases. ¡Soy muy afortunada! Podría comprar una bicicleta para ir un poco más rápida, pero yo no creo que valga la pena porque a pie son 10 minutos.
El camino es precioso y envuelto de naturaleza. A veces es curioso cruzarse con muchísima gente que va en dirección contraria, sintiendo que vas a contracorriente.
Mi clase es la 404, que se encuentra en la última planta del edificio 8 (tengo que añadir que no hay ascensor...). En cada una de la clase hay unos 15 alumnos aproximadamente. Es un lugar bastante amplio, acogedor y luminoso.
Y, finalmente, las preciosas vistas desde la ventana. El abanico de colores que se empieza a mostrar en las hojas de los árboles es precioso, con el edificio 1 de fondo.
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