Desde hacía varias semanas, mi amiga Ivet estaba organizando una excursión para ir a la playa y alquilar kayaks. No estábamos seguras sobre si podíamos alquilarlas porque el verano está acabando y el tiempo está bastante loco. Pero quedamos a las 16 de la tarde y nos dirigimos hacia Playa Castell de Palamós.
Una vez allí, nos pusimos de acuerdo para ir en kayaks biplazas (ya que no habían suficientes monoplazas... ¡menos mal!), costando 16€ por hora.
Fue una pena no poder llevarnos las cámaras de fotos porque el paisaje era una auténtica maravilla. Y también me supo mal porque soy bastante débil y torpe, no pudiendo remar con fuerza y terminando por hacerme daño cada dos por tres. Por suerte, mi pareja sí que tenía la fuerza para llevarnos a las dos. Además, animé el paseo cantando clásicos de Disney (todo un show vernos a las dos cantando a pleno pulmón...).
Una vez terminamos con los kayaks nos dimos el último chapuzón del verano y nos fuimos a tomar un helado a Palamós.
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