Día en Valladolid

Ayer por la tarde unas amigas del máster me propusieron ir en autobús a Valladolid. No lo dudé ni un segundo y me apunté enseguida. La verdad es que me atrae más la idea de ir a Burgos, pero ese viaje se hará mas adelante.

El día ha empezado a las 8 de la mañana, arreglándome para ir a la estación de autobuses, donde había quedado con mis amigas a las 8.30 de la mañana (el autobús salía a las 9.00). El viaje ha durado aproximadamente una hora y media, en el cual he estado durmiendo hasta la llegada (ignorando los mensajes que me mandaba mi amiga para que me despertara...).

En la estación hemos estado buscando un punto de información, pero al no encontrarlo, nos hemos dirigido hacia Campo Grande. Este lugar es precioso y enorme. Puedes encontrar un gran número de animales libres (como patos, cisnes y pavos reales). Nos hemos pasado un buen rato haciendo fotos e imitando a los animales.

A continuación, hemos ido hacia la oficina de información, donde nos han recomendado comprar la tarjeta Valladolid CARD (por 5€), la cual nos permitía subir al bus turístico y entrar en los museos.

Antes de subirnos al bus y para hacer tiempo hemos ido hacia la Plaza Zorrilla. También hemos ido a la feria que había montada y las niñas se han comprado algunas chuches.

Una vez en el autobús, hemos hecho un recorrido por toda la ciudad que ha durado menos de una hora. Recomiendo este paseo en autobús porque es muy económico (5€) y te muestra los edificios más importantes de la ciudad. El problema es que hacer este recorrido en pleno invierno con un aire helado hace que no anime mucho. ¡Pero ha valido la pena!

A continuación, nos hemos ido a dar una vuelta por los alrededores de Plaza Mayor, para hacer tiempo antes de ir comer. Hemos ido a una cafetería a tomar algo y hemos comprado algunas cosas (¡yo me he comprado un pintalabios de Kiko!). De casualidad hemos encontrado una exposición temporal llamada Asia Serendipity, donde habían obras de jóvenes artistas asiáticos. A mi no me ha acabado de convencer mucho, pero... bueno. Ha sido interesante esta visita.

Acto seguido nos hemos dirigido a un restaurante indio, el cual ha resultado ser un bar de chupitos (trauma para todas porque estaba bastante lejos). Así que hemos optado por comer en un kebab que ha resultado estar bastante bueno.

Por último, nos hemos dirigido al Museo Oriental, separándonos en dos grupos porque tres de nuestras acompañantes no estaban interesadas en visitar este museo. Después de caminar 20 minutos, llegamos a nuestro destino.

La visita al museo, a pesar de parecerme un poco pequeño, ha sido muy buena. Hay una gran cantidad de objetos relacionados con China, Filipinas y Japón, los cuales muchos han sido donados por diferentes familias. Además, el hombre que se encontraba en recepción ha tenido la paciencia de enseñarme un libro de una autora que había escrito en el siglo XIX sobre Japón (... y mis adorados Ainu).

Una vez terminada la visita, nos hemos dirigido hacia la estación, donde hemos esperado a nuestras amigas. Durante el viaje de vuelta no he podido evitar dormirme después de leer un poco el libro de Marc Zanni y Joan Sanz (siempre me acompaña y aprovecho para leerlo si tengo tiempo).