domingo, 24 de mayo de 2009

El sabor de la victoria

Hoy hemos comprobado el sabor de la victoria. Algo tan simple como beber agua por propia voluntad, que acepte la comida (porque antes la escupía), escuchar su adorable maullido, ver como caga (señores, llevaba casi una semana sin cagar)... Es agradable como las cosas más habituales poco a poco las va recuperando.

Esto significa que es una victoria, ¿verdad? Hoy hemos visto el lado mas amargo de la victoria... Hoy puedo conseguir yo la victoria, pero hay gente que no la consigue. Hace más de tres meses que yo no conseguí la victoria y estaba moralmente destrozada. El viernes me podría haber tocado a mi. Y hoy hemos visto como alguien no ha conseguido esa victoria. Como lloraba cuando ha dicho "No se puede hacer nada... ¡joder!". La vida se escapa. ¿Esa persona ahora estará llorando en su casa? ¿Echará de menos a su mascota?

Yo seguramente estaría así de haber tenido que sacrificar el viernes a Merlín. No puedo evitar sentirme mezquina por mi propia felicidad. Algún día me tocara rendirme y firmar el dichoso papel que me hará sentir como se le escapa la vida. Tendré que decir también "No se puede hacer nada... Ya se ha acabado todo". Y se lo diré, cómo se lo dije en su momento cuando Kero estaba muriendo.

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