Los motivos por el cual Gabi y yo nos fuimos de viaje a Berlín, prefiero guardármelos para mí (sinceramente es demasiado patético para contarlo). El caso es que una tarde estábamos mirando que días podríamos viajar de la forma más económica, escogiendo finalmente del 2 al 5 de Abril.
La salida se realizó bien temprano desde el Aeropuerto de Barcelona-Prats (T2) hacia Berlin Schönefeld. Una vez llegamos, nos dirigimos al hotel de "4 estrellas" (lo pongo entre comillas porque dudo que se pueda considerar así) Park Hotel Bulb. Después de dejar allí las maletas, no dirigimos a comer por la zona de la Puerta de Brandenburgo. Cuandoterminamos de comer, nos fuimos al Parlamento alemán, donde nos sentamos un poco antes de empezar una buena caminata hasta la Columna de la Victoria.
El camino de regreso lo hicimos por el Großer Tiergarten de forma tranquila y relajada antes de encontrarnos con el Monumento del Holocausto (aunque tuvo que volver Gabi corriendo a buscar la cámara que se me había caído cerca de la Columna de la Victoria...). Este increíble monumento es capaz de dejarte con la piel de gallina por lo que representa (tumbas). Para mí, fue uno de los lugares más bonitos de Berlín.
A la mañana siguiente decidimos irnos al Campo de concentración de Sachsenhausen (como no podíamos ir al de Auschwitz...). Para nuestra sorpresa la entrada era gratuita, pudiendo conseguir por 3€ una audioguía. Confieso que en caso de no adquirir la audioguía el lugar te puede resultar indiferente. En cambio, si optas por conseguirla, las explicaciones consiguen ponerte la piel de gallina. Al final, estuvimos más de 6 horas visitando el lugar mientras escuchábamos embelesados los relatos que se iban contando en cada uno de los puntos.
Una vez regresamos a Berlín, decidimos dirigirnos hacia el Muro de Berlín. Estuvimos dando vueltas por allí hasta que encontramos la imagen que salía en la guía (la cual carecía de importancia, la verdad).
A continuación, nos dirigimos al East Side Gallery, donde encontramos un gran nombre de obras al aire libre (1.3 km). Hicimos la larga caminata, parándonos en las obras que más nos gustaban (yo decidí pararme en los que salía Tokyo).
Al día siguiente decidimos visitar la Torre de Televisión de Berlín (Fernsehturm). Como Gabi le hacía ilusión subir y teníamos un par de horas antes de subir, decidimos visitar los alrededores de la zona. Por ejemplo, fuimos a visitar la Catedral de Berlín.
Así que una vez terminamos de visitar los alrededores, esperamos un buen rato hasta que nos tocó la hora de subir. Arriba sentí una sensación de mareo y vértigo mientras miraba el paisaje, así que no nos quedamos mucho rato.
Después de comer, nos dirigimos hacia el Checkpoint Charlie y la Topografía del Terror. Me habría gustado visitar el Museo del Checkpoint Charlie, pero Gabi y yo nos conformamos con conseguir un pasaporte con los sellos.
Y, finalmente, al día siguiente quedamos con una de mis mejores amigas de la infancia (quien había viajado con su pareja ese fin de semana a Berlín) para desayunar en Dunkin Donuts.
En general el viaje estuvo bastante bien... si no tenemos en cuenta que Gabi tenía ansias de visitar TODO lo que yo había organizado (pensaba que alguna cosa la ignoraríamos). Y como yo quería ir monina (fijaos que voy con botas), sufrí dolor de pies y espalda durante todo el viaje. Además, visitamos los restaurantes que recomendaban en la guía, lo cual fue un verdadero acierto.
La salida se realizó bien temprano desde el Aeropuerto de Barcelona-Prats (T2) hacia Berlin Schönefeld. Una vez llegamos, nos dirigimos al hotel de "4 estrellas" (lo pongo entre comillas porque dudo que se pueda considerar así) Park Hotel Bulb. Después de dejar allí las maletas, no dirigimos a comer por la zona de la Puerta de Brandenburgo. Cuandoterminamos de comer, nos fuimos al Parlamento alemán, donde nos sentamos un poco antes de empezar una buena caminata hasta la Columna de la Victoria.
El camino de regreso lo hicimos por el Großer Tiergarten de forma tranquila y relajada antes de encontrarnos con el Monumento del Holocausto (aunque tuvo que volver Gabi corriendo a buscar la cámara que se me había caído cerca de la Columna de la Victoria...). Este increíble monumento es capaz de dejarte con la piel de gallina por lo que representa (tumbas). Para mí, fue uno de los lugares más bonitos de Berlín.
A la mañana siguiente decidimos irnos al Campo de concentración de Sachsenhausen (como no podíamos ir al de Auschwitz...). Para nuestra sorpresa la entrada era gratuita, pudiendo conseguir por 3€ una audioguía. Confieso que en caso de no adquirir la audioguía el lugar te puede resultar indiferente. En cambio, si optas por conseguirla, las explicaciones consiguen ponerte la piel de gallina. Al final, estuvimos más de 6 horas visitando el lugar mientras escuchábamos embelesados los relatos que se iban contando en cada uno de los puntos.
Una vez regresamos a Berlín, decidimos dirigirnos hacia el Muro de Berlín. Estuvimos dando vueltas por allí hasta que encontramos la imagen que salía en la guía (la cual carecía de importancia, la verdad).
A continuación, nos dirigimos al East Side Gallery, donde encontramos un gran nombre de obras al aire libre (1.3 km). Hicimos la larga caminata, parándonos en las obras que más nos gustaban (yo decidí pararme en los que salía Tokyo).
Al día siguiente decidimos visitar la Torre de Televisión de Berlín (Fernsehturm). Como Gabi le hacía ilusión subir y teníamos un par de horas antes de subir, decidimos visitar los alrededores de la zona. Por ejemplo, fuimos a visitar la Catedral de Berlín.
Así que una vez terminamos de visitar los alrededores, esperamos un buen rato hasta que nos tocó la hora de subir. Arriba sentí una sensación de mareo y vértigo mientras miraba el paisaje, así que no nos quedamos mucho rato.
Después de comer, nos dirigimos hacia el Checkpoint Charlie y la Topografía del Terror. Me habría gustado visitar el Museo del Checkpoint Charlie, pero Gabi y yo nos conformamos con conseguir un pasaporte con los sellos.
Y, finalmente, al día siguiente quedamos con una de mis mejores amigas de la infancia (quien había viajado con su pareja ese fin de semana a Berlín) para desayunar en Dunkin Donuts.
En general el viaje estuvo bastante bien... si no tenemos en cuenta que Gabi tenía ansias de visitar TODO lo que yo había organizado (pensaba que alguna cosa la ignoraríamos). Y como yo quería ir monina (fijaos que voy con botas), sufrí dolor de pies y espalda durante todo el viaje. Además, visitamos los restaurantes que recomendaban en la guía, lo cual fue un verdadero acierto.
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