Mientras estábamos en Japón, Miku, Jud y yo decidimos que al volver a Barcelona aprovecharíamos la visita de Miku para ir a Port Aventura (Tarragona).
Así que, una vez llegó el día, nuestra intención era ir el tren... con tan mala suerte de que los fines de semana los horarios son diferentes. Así que hemos tenido que abusar del coche de Carlos e ir a buscar a Miku a Barcelona para dirigirnos a Port Aventura.
Después de un largo viaje, llegamos al parking de la entrada, donde aparcamos el coche. Con el Carnet Jove pudimos usar el 2x1, con lo cual nos salieron las entradas muy económicas.
Una vez dentro, nos montamos en muchos lugares. Pero... mi gran temor llegó con el Dragon Khan. Yo no estaba muy segura de querer subirme, hasta que finalmente acepté y... ¡ME ENCANTÓ! Al principio pensaba que iba a pasarlo bastante mal porque no soy partidaria de las emociones fuertes, pero... a medida que aquello iba corriendo, no podía parar de reírme.
El problema fue al parar. Nos queríamos ir a comer, pero Carlos empezó a marearse y encontrarse mal. Así que tuve que acompañarlo y esperar a que se encontrara mejor. Una vez se recuperó (menos mal que no vomitó) continuamos con nuestro tour de atracciones.
Finalmente, nos dirigimos hacia las atracciones de agua, donde acabamos empapados. ¡Pero valió la pena! Además, pasamos bastante calor, así que nos venía muy bien refrescarnos.
Después de la última foto, llevamos a Miku a Barcelona y a Jud a su casa. Fue un día muy divertido donde no pude evitar comprar algunas fotos que nos hicieron.
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