¡Estoy tan cabreada! Al final me he quedado sin viaje a Sevilla. Y eso que parecía que todo apuntaba a que lo tendría difícil, pero no imposible.
Para empezar, el cambio de horario ha hecho que preparase la maleta en 15 minutos porque no me acordé de poner bien el despertador. Así que mi madre y yo nos hemos despertado corriendo y hemos ido a la estación. Allí me he dado cuenta que el tren que tenía pensado coger no estaba (algo muy típico de mí: mirar mal los horarios del tren). Pero a pesar de que salía 30 minutos más tarde, decidí comprar el billete y pagar un taxi desde Sants hasta el Aeropuerto de Barcelona.
Una vez sentada en el tren, me puse a leer y... ¡PARÓN! Alguien había decidido suicidarse tirándose a las vías del tren. Y digo yo: ¿¡POR QUÉ!? ¿Por qué suicidarse en las vías del tren cuando puedes hacerlo en la comodidad de tu casa? ¿Dónde quedó el clásico método de la tostadora enchufada y la bañera llena? ¡Me indigna mucho, la verdad!
Entiendo que llegar a la conclusión de que la solución para todos tus problemas sea el suicidio es algo muy duro (y más si eres consciente de que dejarás una familia destrozada). Pero, entendedme, me he quedado sin ver a mi familia y Rebecca por culpa de una persona que prefería el suicidio. Y me da rabia porque no se cuando podré organizar un viaje así.
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