Hace ya unos días que estoy en Salamanca. Me ha resultado imposible actualizar porque me encuentro sin conexión a internet en el piso donde estoy con Sara. Estamos en búsqueda de una solución, pero como nos tenemos que volver a mudar a otro piso, lo hemos dejado pausado hasta el viernes.
El domingo fue un día bastante triste para mí. Hasta el momento, no me había sentido deprimida por irme a Salamanca, pero al notar que me quedaban pocas horas para marcharme no pude evitar derrumbarme. Me supo muy mal estar tan deprimida mis últimas horas en Girona, pero es algo que no puedo evitar al sentir que me separo de mis seres queridos.
Soy consciente de que es solamente por un mes, pero desde que terminó mi contrato en el trabajo he pasado dos semanas infernales con mucho estrés. He tenido visita con el dermatólogo, búsqueda de piso en Salamanca, petición de beca MEC, matrícula del máster y dar a los agentes forestales a la urraca que Gabi encontró hace unas semanas (y con la que me encariñé muchísimo). Ésto ha acabado por crearme tal estrés que he acabado por estallar en muchos momentos.
Suponía que una vez en Salamanca (y todo arreglado) las cosas irían a mejor. Hemos tenido algunos problemas con el piso en el que estamos ahora y nos han buscado uno nuevo. Espero que una vez instaladas allí nos dejen tranquilas en lo que queda de mes.
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